Encuentro de Líderes
Junio de 2025
Mensaje 4 (Conclusion)
"LA REALIDAD ESPIRITUAL Y EL NUEVO HOMBRE"
Servir con realidad espiritual:
ser transformado para ministrar vida
El Llamado a la Realidad Espiritual
En este último mensaje, se destacó que el verdadero servicio a Dios y a la iglesia exige realidad espiritual, y no solo formas exteriores. La realidad espiritual la viven aquellos que han sido constituidos por el Espíritu Santo y se vuelven sensibles a la situación de la casa de Dios. Esa sensibilidad les impide ser indiferentes. Sufren por la iglesia, discerniendo sus necesidades y actuando basados en la comunión con Dios, y no en modelos humanos.
Esta realidad no se trata de apariencia, sino de esencia espiritual. Solo hay verdadero servicio cuando se sirve “en espíritu” y con “verdad”, es decir, con realidad interior (Juan 4:23–24; 1 Juan 5:6).
Vimos que el Espíritu nos conduce a la realidad en dos etapas fundamentales:
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Revelación — el Espíritu nos muestra algo que va más allá del conocimiento mental. Esa revelación nos impacta y nos marca, provocando clamor y búsqueda ante el Señor.
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Transformación — el Espíritu obra en nosotros para hacer que la revelación sea una realidad viva en nuestro ser. Esto se evidencia en la experiencia de morir con Jesús para que Su vida se manifieste en nuestro cuerpo (2 Corintios 4:7–12).
Ministrar a la iglesia con realidad espiritual significa permitir que la muerte de Jesús obre en nosotros para que la vida de Jesús alcance a los demás. No basta con transmitir conocimiento. Es necesario ser transformados por la palabra hasta el punto de transmitir vida.
Un Testimonio de Servicio Real: Pablo
El testimonio de Pablo en Hechos 20 muestra cómo se vive ese servicio:
Esta actitud nos enseña que liderar es morir para dar vida a otros, no para ejercer control o esperar recompensas. Es un liderazgo de entrega y realidad.
El Señor Quiere Hacernos Nuevos
El segundo punto enfatizado fue el deseo de Dios de hacernos completamente nuevos. No se trata de remendar lo viejo, sino de cambiar el vestido antiguo por uno nuevo (Mateo 9:16–17). El nuevo comienzo promovido por Dios debe reflejarse en cambios reales en nuestro ser: en el hogar, en las actitudes, en el hablar, en la manera de servir.
Ser una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:16–17) implica no conocer ni servir más según la carne, sino en el espíritu, por revelación. Esto exige buscar del Señor una revelación personal y práctica de Cristo y de la iglesia.
El mensaje termina con un llamado a tener una actitud como la de Pablo (Filipenses 3:12–16):
El llamado es a no estacionarse, no mirar las heridas del pasado, sino vivir como odres nuevos que reciben el vino nuevo del Señor. Dios no quiere solo arreglarnos, sino hacernos nuevos en todo.
Versículos Citados
Estas mensajes fueron expresión de los sentimientos y cargas de los líderes y liberadas por el hermano Miguel Ma.
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